“Nosotros somos ¡Los leones guerreros de Sirio!” – Volvieron a decirme lo mismo esos seres que solo vi un par de viajes atrás. Tenía semanas de estarme preguntando qué había pasado con todos los lugares que había visitado, los reinos y mundos que tanta falta me hacían. Los sueños regresaron pero recurrentes con una sola persona.
Cada vez que le decía a mi YO SUPERIOR, que me mostrara lo que tenía que ver, estaban esos sueños repetitivos con un guerrero de luz aun dormido y no entendía (ni entiendo) el por qué, porque simplemente ya deje de tomarle la importancia de antes, cosa rara en mí, porque si algo o algo deja de importarme, es porque algo se apago adentro. Así que solo me limite a pensar: “Está bien, ok me voy a cerrar de nuevo así como antes y no diré mas nada, ya se perdió todo, ya no veo nada”. –Había estado teniendo viajes normalitos sin nada extraordinario que reportar hasta anoche.
Me vi caminando en un lugar completamente dorado, brillante, lleno de cosas pero todo dorado, también bajaba una luz dorada con destellos dorados. Como era de esperar, tenía que preguntarme donde estaba y apareció un enorme e imponente León de más de 2 metros de alto. Portaba una armadura dorada también. Esa armadura dorada tenía símbolos que se me hacían muy familiares pero en realidad no sabía lo que eran. Su melena era larga y sobresaliente, ondeaba al compas del viento. Sus ojos, siempre lo he dicho, ellos tienen una mirada que es un universo infinito, trasmiten amor, transmiten luz y la vez transmiten respeto.
Al verlo realmente me sorprendí, porque ellos solo aparecen cuando es estrictamente necesario y no entendía porque estaba ante su presencia. ¿Qué hago yo aquí? – pregunte ¿Qué estás haciendo? –
Respondió el con otra pregunta y antes que pudiera contestar algo el agrego: “Ven, caminemos” – Me mostró el lugar, vimos a otros leones más que saludaban cuando pasábamos. Llegamos otro sitio, como una montaña, se miraba un sol brillar y el viento era cálido. Observamos todo el valle sin decir nada hasta que pregunte:
– ¿Qué son esas naves? – Son regalos –
¿Para los humanos? – No para esa raza, aún no pueden manejar su corazón, menos podrán manejar tecnología tan avanzada. Son como niños, caprichosos y egoístas. No princesa, esto es para otros hermanos.
– Entiendo, pero aun no entiendo que hago yo aquí. – Porque nosotros somos ¡Los leones guerreros de Sirio!
Diciendo eso, dio un salto y desplegó sus alas, ni siquiera sabía que las tenia, no se las había visto, las saco de entre su armadura dorada. Desplegó sus alas y saco una enorme espada que alzo hacia el cielo. Entonces pude escuchar el rugido de cientos y cientos de leones que rugían con él. La tierra tembló y como siempre, todo se ilumino y regrese con la imagen grabada en mi mente del momento en que ese León dijo: “Nosotros somos ¡Los leones guerreros de Sirio!” y salió volando por los aires.
J-Ven Hn. https://www.facebook.com/jvenhn
Oroborus A.
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