Estos monumentos megalíticos serían «agujas de acupuntura» para equilibrar el planeta
Menhires para dominar el clima
Carlos G. Fernández
Hace más de 5.000 años, decenas de miles de piedras fueron levantadas en diferentes partes del mundo. Muchas de ellas aún continúan en su emplazamiento original y su función sigue provocando controversias.
¿Podrían haber sido utilizadas para fertilizar los campos y controlar los fenómenos atmosféricos? ¿Constituyen, como defienden muchos especialistas,una especie de puntos para estabilizar la energía telúrica de la tierra?
Los menhires son monumentos megalíticos consistentes en una piedra alargada y erecta con su base enterrada. Su nombre tiene origen francés y quiere decir «piedra larga». Solo en Europa los arqueólogos han catalogado decenas de miles, aunque se encuentran también en América, Asia, África y Oceanía. Algunos miden escasamente un metro de altura, pero otros superan los siete. Los hay rústicos, sin tallar, y grabados con distintos motivos, como figuras de dioses. Bajo algunos de estos monumentos pétreos se han encontrado restos de enterramientos humanos, pero de momento su verdadera función sigue siendo un enigma. Lo que parece claro es que diferentes pueblos asociaron su forma fálica con la fertilidad. Es así que en el sur de Francia algunos menhires eran utilizados para diferentes rituales relacionados con la capacidad de tener descendencia. No obstante, determinados autores sospechan que en realidad nuestros antepasados los empleaban a modo de elementos dominadores del clima en su entorno.
Por ejemplo, el periodista francés Louis Charpentier sugiere en su libro Los gigantes y el misterio de los orígenes que los menhires son una suerte de agujas de acupuntura del planeta, colocadas por una antigua civilización para mantener la estabilidad telúrica y cuya presencia todavía hoy beneficia a los campos donde se encuentran esta clase de monumentos pétreos. Para apoyar su teoría, cita dos testimonios de campesinos, uno de Marruecos y otro el centro de Francia, que conservaban las piedras en sus terrenos. «No sé si es por la piedra; sea como fuere, lo cierto es que constituye mi mejor prado, y los que más se benefician de él son los animales –cita Charpentier a un campesino galo–. Si yo supiera hacerlo, colocaría otras en los demás prados. A despecho de lo que se diga, los que pusieron ahí esa piedra, tuvieron una idea original. Quizás eran más listos de lo que creemos…».
Asimismo, Charpentier destaca que un labrador marroquí estaba convencido de que los menhires de su campo «los colocó Alá», y que si los retiraba, «la tierra se quedaría seca».
Para defender su teoría, el periodista alude al Mont Saint-Michel, una pequeña comuna en el oeste de Francia, situada sobre un promontorio rocoso de una isla mareal. Según Charpentier, la retirada de los megalitos de la isla habría afectado a las mareas. Llegados a este punto, cabe preguntarse si los megalitos fueron erigidos por capricho o por azar, o si su construcción responde a un saber perdido. De hecho, estos conocimientos todavía continúan vivos en las tradiciones populares.
En la Península Ibérica
En infinidad de lugares del noroeste español se conservan aún ritos en los que los menhires se utilizan para cambiar el clima. Así, en el monte lucense de Santa Mariña, en Formigueiros (Lugo), junto a una desaparecida ermita dedicada a esta santa, se realizaba hasta hace poco una ceremonia para manipular las condiciones atmosféricas, según cuenta Tomé Martínez en su obra Galicia secreta. Si la comunidad necesitaba que luciese el sol, se levantaba el menhir; mientras que para que lloviese se tumbaba… (Continúa en AÑO/CERO 286).
Fuente:http://www.akasico.com/noticia/3498/Ano/Cero-Historia-ignorada/Menhires-para-dominar-el-clima.html

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.