No hay mayor dicha que la lógica de las emociones. Cuando estas colman la grandeza de los osciladores armónicos que llevamos dentro. El sutil desenvolvimiento de nuestra energía, interactúa con la esencia de la materia modificando todo aquello que encontramos a nuestro paso. No busques fuera, mira dentro y comprende que el cielo lo tienes en la tierra.
Cada vez que trabajamos el espectro de las Resonancias Schumann y concentramos nuestra energía en fluir desde dentro hacia fuera, inhibimos el miedo. Cuando lo hacemos, liberamos energía y aceleramos el proceso de nuestras transacciones biofísicas. El Calcio Ca2+, suma un ión y comenzamos a trascender al maravilloso mundo de nuestras realidades multiversales, curvando el espacio y acelerando el tiempo fractal hasta el punto de “parar el tiempo” lineal.
Todos hemos vivido esa sensación. En los últimos días, esta realidad se vuelve material cuando la aprehendemos de forma consciente. La hacemos nuestra.
La intersección de las frecuencias de la Tierra con las nuestras propias, nos reconcilia con el Universo, y con la Madre. Nos proporciona el regreso a nuestro Edén, que no es otro que la toma de posesión de nuestras auténticas emociones. Es entonces cuando aparece el Amor (“A-Mor” :La negación del caos en griego). Aparece la armonía que nos permite convolucionar desde el “homo Sapiens” al “homo luminum”. Desde el primate al Ser de Luz. Desde el animal al Orión.
Cuando trabajamos nuestro impulso interior convolucionamos en lugar de evolucionar. En ese trabajo, generamos la energía suficiente para modificar todos y cada uno de nuestros procesos biofísicos y convertirnos en energías libres.
En el proceso de convolución, nos fundimos con la energía primigenia de la “super onda” y nos volvemos sutiles, al tiempo que eficientes, pues nos integramos en el Universo sin perder nuestra identidad y nuestra peculiaridad, y en ese proceso recorremos las líneas del tiempo, cambiando nuestro futuro al reconciliar nuestro pasado con el presente continuo en un escenario de “no tiempo”.
Cuando tras este proceso negociamos interiormente con nuestros centros, cambiamos la “foto” de la energía, por la “mater”, el nuevo estado interior que proyectamos al exterior desde nuestros osciladores armónicos.
Es justo en ese momento cuando literalmente “cambiamos” la realidad, pues desactivamos el “mor” (caos) y lo sustituimos por el “a-mor” (armonía), en el instante de intensidad que dura la proyección consciente de nuestros pensamientos materializados con el “verbo”, y la consecución de la acción consciente.
En ese estado, nos hallamos protegidos del espectro del miedo, la ira y el odio, pues éstos se encuentran en la franja audible, mientras que la energía sutil procedente de nuestras emociones es impulsada por nuestros osciladores armónicos, que actúan desde el espectro de los -80db (El espectro no audible) del impulso creativo.
Cuando de forma permanente entrenamos nuestra capacidad para mantener nuestras frecuencias entre los 13 y los 25Hz, conseguimos aislar las pasiones, los miedos y la ira y el odio con carácter permanente, y nos envolvemos en una especie de plasma o burbuja que mantiene nuestros procesos biofísicos aislados de las agresiones externas, ya que no retroalimentamos con ellas.
En ese recorrido alcanzamos la libertad, la paz interior y la felicidad: El cielo en la Tierra, pues también modificamos las frecuencias externas de aquellos que inconscientemente divergen de nuestra resonancia. El efecto contagio se produce al instante y genera un espectro sutil parecido al mecanismo de los vasos comunicantes.
Como prueba práctica de ello, realicemos un sencillo ejercicio:
1º-Cuando tengas pensamientos negativos, toma conciencia de ellos y gíralos. Dales la vuelta. Piensa en la oportunidad positiva que acompañó a tales pensamientos. Míralo como una oportunidad y una fortaleza, no como una amenaza, y justo en ese momento desaparecerá el miedo.
2º.-No tengas miedo a emocionarte. Esa emoción interior que generas cuando algo resuena en tu interior, no es tristeza sino la activación del ión de Calcio. No pares el proceso, libera esa energía. Sonríe y prueba a tomar conciencia de tus emociones más profundas.
3º.-No escuches a quién te grite, descargue en ti su ira o su ego, pues está proyectándolo sobre ti. No escuches al que critica, ofende y/o habla negativamente de ti o de terceros, y no proyectes o descargues tu ira o tu ego en otros. No critiques ni hables negativamente de otros. Fluye desde dentro en convergencia, emociónate y contagia tus emociones a los que te rodean.
En ese momento habrás conseguido el cielo en la Tierra, y estarás interactuando con las energías del Universo. Focaliza en esa felicidad que sientes al hacerlo, no en los resultados materiales, y te sorprenderán los cambios: Curvarás el Espacio-Tiempo.
StarViewerTeam International 2011.
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