Según informaron diversos medios de comunicación, de regreso del viaje de Corea del Sur, dijo a los periodistas que tenía un tiempo limitado para completar sus reformas de la Iglesia Católica. Aunque fue cuando le preguntaron sobre su popularidad, que el papa Francisco I hizo la premonición sobre su muerte.
“La vivo como una generosidad del pueblo de Dios. Interiormente, intento pensar en mis pecados, en mis errores, para no enorgullecerme”. Y luego añadió: “Porque sé que durará poco tiempo. Dos o tres años. Y después, ¡a la Casa del Padre!”.
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