Entramos en materia. Ahora las cosas empiezan a ponerse interesantes. Como ya expliqué, todas las fases de las que hablo las menciono en un orden que no tiene por qué ser así. Es más, la mayoría de las veces varias de ellas están entrelazadas en el tiempo. Aun así, hay momentos marcadamente importantes que de alguna manera tengo que resaltar y a veces me parece propio hacerlo como si de una fase separada del resto se tratara. Es el caso de la SANACIÓN, que bajo mi punto de vista ocurre desde que comienza el despertar, pero que encuentra un florecimiento acelerado en un determinado momento: CUANDO EMPIEZAN A DESAPARECER VICIOS Y SE SANAN HERIDAS DEL PASADO.
A lo largo de esta fase entran en juego dos de las herramientas que hemos ido aprendiendo hasta ahora, pero que a lo mejor aún no les hemos sabido poner nombre: la MONITORIZACIÓN DE PENSAMIENTOS Y EMOCIONES, y el ARRAIGO EN EL AHORA. Al pasar por las fases previas (hartazgo, ser una esponja,discernir y decir “no”) hemos aprendido que ciertos comportamientos no nos ayudan en nuestra evolución, que hay maneras de afrontar lo que nos ocurre que distan mucho de lo que hemos hecho hasta ahora, que la mente y la emoción están intrínsecamente ligadas y que nos proporcionan una guía inmejorable para abordar la vida desde un punto de vista más positivo. En esta nueva fase el sentir se convierte en la norma, y al empezar a aplicar toda aquella nueva información que has absorbido y que tu alma ha buscado ávidamente, te empiezas a dar cuenta de que el momento presente es el único que existe.
Es una fase en la que empiezas a sentir y discernir en todo momento (en cada “ahora”), que es lo que yo llamo la MONITORIZACIÓN DE PENSAMIENTOS Y EMOCIONES, y se produce el ARRAIGO EN EL AHORA, que es empezar a entender e integrar que el ahora es el único momento que existe, pues es saber que eres parte del Todo, que es eterno e inmortal y no entiende de tiempo o espacio, y cuya existencia se halla concentrada en un único instante, es decir, EN UN AHORA CONTINUO. A través de estas dos herramientas y alguna técnica de observación de pensamientos y emociones vas a poder transmutar emociones y creencias… y sanar. Nota: en este post no profundizo en estas herramientas, pues merecen mención en otro apartado del blog. Tan sólo las destaco inicialmente para que las vayas teniendo en cuenta, pues serán tus aliadas más fieles en buena parte de tu recorrido del despertar, junto con el Amor Incondicional, claro.
Así pues, y ya entrando en materia, ¿qué es un vicio? UN PATRÓN QUE SE REPITE Y QUE VA EN CONTRA DE NUESTRA SALUD, YA SEA MENTAL, EMOCIONAL O FÍSICA. Un patrón se produce y reproduce porque tenemos ciertas creencias fuertemente arraigadas en nuestro cuerpo mental, que a su vez provocan que actuemos de determinada manera. Como ya sabemos, la creencia o sistema de creencias que decanta la balanza en favor de una vida saludable, amorosa, y acorde a la alineación con tu Ser Verdadero, o por el contrario hacia una vida de sufrimiento, temor, y opuesta a la brillantez de tu Ser Verdadero, es LA CREENCIA DE SEPARACIÓN DEL TODO. Es decir, cuando surge el Ego, que es el agente que cree en la vida separada del Todo, surge, a su vez, un patrón de pensamiento condicionado por esa creencia, y también surge, en muchos de los casos, un patrón emocional relacionado con dicho pensamiento, y que se suele manifestar en un patrón de acción. ¿En qué se traduce esto? En que todo patrón que tenga por creencia básica la creencia de la separación del Todo, queramos o no queramos, seamos conscientes de ello o no, VA EN CONTRA DE NUESTRO SER VERDADERO, y es algo que bloquea el flujo de la esencia que somos (el Todo) a través de nuestros cuerpos mental, emocional y físico, o dicho de otra forma y bajo el prisma de nuestra conciencia de Tercera/Cuarta Dimensión: es un patrón que es DAÑINO para nosotros. Si a eso le sumamos que repetimos dicho patrón en el tiempo (ya sea porque está fuertemente arraigado en nuestro subconsciente, ya sea porque es algo kármico -alguna tendencia que arrastramos de vidas pasadas/paralelas-, ya sea porque es algo difícilmente evitable dada la presión externa -social, familiar, etc-, ya sea por cualquier otra cosa… no me importa el origen, luego diré por qué), es entonces cuando podemos hablar de lo que comúnmente conocemos como VICIO.
Para aclararnos, un vicio nos es dañino, va en contra de lo que somos realmente y nos bloquea energéticamente, tanto en el cuerpo mental como en el emocional y el físico. Y además de todo eso, lo hace repetidamente en el tiempo. Ésta última es su característica más determinante a simple vista, pero hay otra más profunda y que es precisamente la que provoca dicha repetición en el tiempo: el vicio provoca en nosotros un efecto SEDANTE PARA NUESTRA CONCIENCIA. Cada vez que se activa dicho patrón, sentimos la falsa seguridad que nos proporciona, pues le hemos dado el valor de ser nuestro salvador frente al mundo que nos acecha. Y se produce un efecto de retroalimentación, es decir, que cuando se activa el vicio, nos demos cuenta o no de ello, queremos más de él, como si de una droga se tratara y de la que abusamos repetidamente en el tiempo, porque creemos depender de ella para nuestra seguridad. Y este es el mayor problema: que el vicio se asocia directamente con la idea de seguridad, y por tanto, con la idea de seguridad ante algo, ante algo que esta separado de nosotros. Y al repetir su uso cada vez que surge el miedo, es como si para nosotros EL VICIO EN SÍ FUERA LA SEGURIDAD MISMA, porque lo identificamos directamente con LO CONOCIDO, lo que creemos que siempre estará ahí como bastión para apoyarnos en él cuando la vida, que creemos separada de nosotros, se torne “mala”, o “nos quiera hacer daño”. ¿Cuántas veces hemos oído “qué dura es la vida”, como si la vida fuera algo externo a nosotros, como una especie de monstruo que lo único que quiere es atacarnos? ¿Cuántas veces lo hemos dicho nosotros mismos? El vicio es nuestro refugio ante ése monstruo que es la vida, que creemos que nos ataca porque la creemos separada de nosotros. Es entonces cuando la retroalimentación se produce, pues ése vicio nos aporta una SEGURIDAD EFÍMERA, pero a la que volvemos cada vez que nos sentimos de nuevo en peligro. LE DAMOS EL PODER DE SER NUESTRO SALVADOR, ¿os dais cuenta? Le damos poder a un patrón que sabemos que nos daña, que sabemos que está basado en el miedo que le tenemos a la vida. LE DAMOS EL PODER A ALGO CREADO POR NOSOTROS MISMOS. ¿Por qué no creer directamente que nosotros mismos ya somos todopoderosos, sin necesidad de crear un intermediario (el vicio) que nos aporte la seguridad que creemos no tener? La respuesta es muy simple, y como siempre, se remite a lo mismo, y yo no me cansaré de repetírosla a vosotros, lectores: porque si queremos sentirnos todopoderosos debemos empezar a vivir como si fuéramos UNO, INDIVISIBLE Y ETERNO, empezar a vivir siendo UNO CON EL TODO, como si fuéramos EXPRESIONES DE ESE UNO, seguros y confiados de que somos la inmortalidad misma, la mismísima eternidad, relajados y sabiendo que esta vida no es nada más que un tránsito en el que experimentamos la inabarcable belleza de expandirnos simplemente por ser y estar aquí. Y digo yo, ¿por qué no empezamos a experimentar eso ahora?, ¿por qué no empiezas tú a experimentar eso ahora? VIVE DECIDIENDO QUÉ QUIERES EXPERIMENTAR. SÉ TODOPODEROSO AHORA.
Y dicho esto, y volviendo al tema de los vicios, os digo: LOS VICIOS DESAPARECEN CUANDO EMPEZAMOS A INTEGRAR LA CONCIENCIA DE UNIDAD. Cuando esto ocurre, significa que estamos proporcionándonos AMOR PROPIO, y por tanto honrando lo que somos. Al hacer esto, empezamos a decidir lo que realmente queremos. Primero, como ya sabemos, empezamos a decir que no a ciertas cosas. También le damos cancha al discernimiento, porque ya sabemos de nuevas informaciones que hemos estado absorbiendo como esponjas y que ahora aplicamos como iniciados en una nueva manera de Ser. En definitiva, lo que hacemos es aplicar AMOR INCONDICIONAL. Como aplicarse Amor Incondicional es algo nuevo para la mayoría de iniciados en el despertar, suele haber mucho que “limpiar” en los cuerpos mentales y emocionales. ¿Cómo actúa este Amor Incondicional sobre estos cuerpos en un primer momento? Lo primero que sana este Amor es todo aquello que está más fuertemente arraigado. No se va a por los “males” superficiales o los de fácil acceso. No. El Amor Incondicional no actúa así. Lo que hace es ir hacia la raíz del problema, al origen. VA A SANAR LO QUE NECESITA SER SANADO CON MÁS URGENCIA. Y entre esas cosas están, efectivamente, los vicios, que como ya he explicado, son patrones fuertemente arraigados y que nos dañan dándonos una falsa sensación de seguridad, la misma que creemos tener cuando nos protegemos del falso monstruo que es la vida… Recordemos: nos protegemos de algo externo a nosotros, si creemos en algo externo, es que creemos que hay una separación entre nosotros y lo demás… Se podría decir entonces que el Amor Incondicional llega hasta la creencia de la separación. El Amor Incondicional llega hasta el corazón mismo del Ego. Y LLEGA PARA SANARLO.
En esta fase uno se va volviendo más consciente de lo que es y de por qué está aquí (aún cuando no lo tenga muy claro del todo), y sencillamente empieza a cambiar su modo de ser. Hace cosas que no hacía, deja ir patrones que no le convienen… busca su identidad, que ahora parece tambalearse (el Ego). Entra en zona desconocida, como se suele decir. Es como si el Ego de repente se encontrara perdido y necesitara buscar otra manera de Ser, de reinventarse, para poder seguir en su zona de comfort, que se cae a pedazos por momentos. Es muy curioso, pero es como si el Ego se buscara a sí mismo… Y es por tanto, una fase en la que EL INDIVIDUO PUEDE LLEGAR A SENTIRSE BASTANTE DESORIENTADO. No en vano, los cimientos sobre los que se sustentaba su “identidad” (identidad egoica, se entiende), y por tanto su “realidad”, empiezan a tambalearse. Esto es normal y significa que va por el buen camino, aunque todas sus alarmas basadas en la idea de la separación le estén diciendo que no, que no es el camino correcto… Pero a la par que ocurre esto, también ocurre que el individuo empieza a sentirse más LIBRE, más RECONFORTADO, como si le quitaran un peso de encima. Y lo mejor es que sabe que ese peso no se lo quita nadie más que él mismo, con lo que también aparece un sentimiento de RESPONSABILIDAD y SATISFACCIÓN POR EL TRABAJO BIEN HECHO, que le nutre y le hace seguir para adelante, con ansias de búsqueda y, muchas veces por primera vez, con ILUSIÓN por vivir la vida de una manera en la que sabe que él/ella tiene la absoluta responsabilidad, y por tanto, decisión, de SER FELIZ EN TODO MOMENTO. Y eso es impagable.
El hecho de que el individuo se sienta más reconfortado tiene que ver, obviamente, con la desaparición de los primeros vicios de los que hablaba. En mi viaje fueron unos cuantos, muchos vicios mentales que no servían a mi nueva manera de ser, muchos patrones condicionados que creía me eran útiles, y que incluso ensalzaba, como si tuviera una especie de predilección por ellos y un gozo absurdo en reconocerlos como propios, aún cuando sabía que no me servían para ningún propósito específico. También los hubo de aquellos que son difíciles de identificar, pero que, una vez empezado el proceso de despertar, se íban poniendo de manifiesto ante mis ojos, y yo, aunque siguiera negando que fuera así, al final terminaba por claudicar ante la evidencia: simplemente me hacía más mal el seguir con ellos ahora que era consciente de su existencia, que el mal que me pudieran hacer ellos per se. ¿Veis?, esto es algo que hace el despertar, te enfrenta a tus vicios, a tus creencias, a tus miedos, LOS PONE DE MANIFIESTO, te los tira a la cara si es preciso, PARA QUE LOS RECONOZCAS Y LOS TRANSMUTES, los liberes, los cambies, los deseches, hagas algo con ellos, siempre en favor de tu Verdadero Ser que emerge y que, sencillamente, NO PUEDE COHABITAR CON ELLOS. Le molestan, se siente oprimido, pues ahora empieza a saborear la libertad que nace de la toma consciente de decisiones que le llevan hacia un ser más gozoso y feliz. ¿Quién se podría resistir a algo tan suculento, algo tan enriquecedor y que le hace sentir a uno realizado, vivo, ilusionado y más determinado y enfocado que nunca? No me respondáis, ya sé vuestra respuesta. La sabemos todos.
Pondré un ejemplo claro y que todo el mundo reconoce como uno de los vicios más llamativos del ser humano contemporáneo: FUMAR, UN ACTO BASADO EN UN PATRÓN DE BÚSQUEDA DE SEGURIDAD, como ya he explicado. Pues bien, yo era fumador al momento de pasar por mis procesos iniciales del despertar. ¿Qué ocurrió? Sinceramente, no sabría explicarlo bien. Tan solo diré que, debido a todo lo nuevo que estaba empezando a experimentar, en un momento dado me descubrí a mí mismo fumando mucho menos. Cada vez sentía más (y “sentir” es el verbo clave, como bien sabéis) que aquello iba en contra de manera radical a lo que yo estaba dando vida. Los cigarros empezaron a ser un lastre. No me importaba si, como también he explicado, de repente ahora me sentía inseguro y “en tierra de nadie”, pues la recompensa de saberme con las riendas de mi vida, de ser el patrón de mi barco, SUPERABA CON CRECES CUALQUIER SENTIMIENTO DE INSEGURIDAD QUE PUDIERA TENER. Era como si hubiera esperanza al final del camino. Una luz que sabía que me estaba esperando con los brazos abiertos. Así pues, un día, con el cigarro en la mano, me dije: “Éste es el último”. Dicho y hecho. No volví a fumar. Pero no sólo eso, no volví a tener GANAS de fumar. No volví a pensar en tabaco. Nada. Nunca. Cero. Tal es el poder del Amor Incondicional. Tal es el poder del despertar, del autodescubrimiento, de la Vida que somos por dentro y por fuera. Del Todo que existe en nosotros. Y este es sólo un pequeño ejemplo…
Y ahora os hablaré de manera muy rápida de las heridas del pasado mediante una reflexión… Sé que hay muchos profesionales que saben encontrar y determinar traumas del pasado con la intención de sanar y ayudar a sus pacientes. Es una corriente y una metodología muy extendida y que sin duda ha dado sus frutos a lo largo de muchos años. Décadas, sin ir más lejos. Y eso está muy bien. Lo admiro. Me gusta. Y todo lo que sea ayudar al prójimo y servir de alguna manera al bienestar de la Humanidad siempre será recibido con aplausos por mi parte. Ahora bien, yo sé que se pueden sanar heridas del pasado SIN ENTRAR EN NINGÚN TIPO DE REGRESIÓN (me refiero a buscar el origen del trauma o de la herida mediante la vivencia o recreación de hechos pasados, no me refiero a regresiones hipnóticas, aunque también entran en el saco), de ahí que dijera unos párrafos más arriba que el origen de los vicios no me importa, y de ahí que también diga que el origen de un trauma, que en el fondo es un miedo, igual que el que origina el vicio, tampoco me importa: SÉ QUE AMBOS SE SANAN EN EL AHORA A TRAVÉS DEL AMOR INCONDICIONAL. El hecho de revivir un acontecimiento traumático, ahondar en aquel o aquellos momentos que marcaron tu vida, etc.. es útil, sí, PERO NO ES NECESARIO. Y lo digo con todo el convencimiento del mundo, y por propia experiencia. Estoy hablando de que somos algo que va más allá de toda comprensión humana, que somos una energía única que se mueve y se expande a través de nosotros mismos, estoy hablando de que todo es frecuencia y vibración, y hablo desde la experiencia y el conocimiento de que los traumas, las heridas del pasado, al igual que los vicios de los que acabo de hablar, son nada más y nada menos que bloqueos energéticos que nos impiden reconectarnos con nuestro Verdadero Ser, y que, por tanto, se pueden sanar (nos podemos sanar) desde la comprensión de la energía que somos, y de saber cómo ésta energía se mueve por nuestros cuerpos mentales, emocionales y físicos. Hablo de sanar todo aquello que ocurrió tiempo atrás desde la comprensión del Ahora, pues cuando tú como conciencia sabes que existes en un Ahora Continuo, sabes que el pasado también está englobado en ese Ahora, y por tanto, SI SANAS EL AHORA, SANAS EL PASADO (dije que no haría mención sobre cómo funciona la herramienta del Arraigo en el Ahora, pero me ha sido imposible, ya ves). Hablo de que la medicina contemporánea resuelve muchos de estos “problemas” (para mí son bloqueos de energía, pero la medicina los considera problemas y los llama “enfermedades”, y yo prefiero no ahondar en el tema…), hablo de que en demasiadas ocasiones (ya no tanto, congratulémonos) se enfoca en resolver estas “enfermedades” que surgen en un ser humano que cree vivir en un mundo separado del Todo y que por tanto vive con miedo a la vida (un ser humano que en realidad no vive, sino que sobrevive), a través de herramientas que están cimentadas en esa misma creencia de la separación del Todo, la misma creencia que origina dicho miedo, y por tanto, dicha “enfermedad”. No dudo de muchos de los resultados de individuos sanados así, es más, me lo creo y lo aplaudo, como he dicho antes, pero estoy convencido de que falta una parte esencial para poder resolver muchas de las “enfermedades” con los que estos individuos llegan a la consulta: LA CONCIENCIA DE UNIDAD. A veces (no siempre, ni mucho menos, que quede claro) esta forma de actuar es como tratar de sacar un clavo a golpes de martillo, y es por ello que los individuos que no son susceptibles de ser sanados, son MEDICADOS, es decir, SE LE PONE UN PARCHE AL “PROBLEMA”, QUE GENERALMENTE AGRANDA EL DAÑO; o el “problema” se evita porque no se sabe cómo resolverlo, que sería la manera más correcta de decirlo. Desde mi punto de vista, hacer eso no es sanar, sino querer “arreglar” los “problemas” de Tercera/Cuarta Dimensión de Conciencia en la que estamos a través de la misma conciencia de Tercera/Cuarta Dimensión que los crea. Es como crear modelos matemáticos para intentar entender el Universo sin entender antes que el Universo no está separado de las matemáticas. Amigos y amigas, estamos entrando en una nueva manera de Ser, en la que el entendimiento de nuestras emociones y nuestros procesos mentales es algo esencial para vivir en un mundo que hemos creado a partir de creencias que originan dichos procesos mentales y emocionales. Hablo de observarnos, mirar hacia adentro para DETERMINAR QUÉ CREENCIAS TENEMOS QUE NOS LIMITAN Y GENERAN NUESTROS “PROBLEMAS”. Lo que digo, en definitiva, es que toda experiencia humana es reducible a eso mismo: las creencias en las que uno se enfoca. Enfocándonos en una determinada creencia, nos convertimos en dicha creencia, y así trascendemos las anteriores, las que nos hacían sufrir. Es sencillo sobre el papel, y en la práctica uno se sorprendería de lo sencillo que también puede resultar. Amigos y amigas, es absolutamente posible, realizable, y los resultados son permanentes y expansivos. TAN SÓLO HAY QUE SABER MIRARSE Y AMARSE. Yo soy la prueba viviente de ello.
Y volviendo a los traumas, que me voy por las ramas… Los traumas se albergan en nuestra memoria celular, y surgen cada vez que nos sentimos “atacados” por ese monstruo que creemos que es la vida, de la misma manera que surgen los vicios. ¿Os dais cuenta de que el mayor problema es la creencia en la separación? ¿Os dais cuenta entonces de que lo que hace falta es MÁS AMOR INCONDICIONAL, QUE NO ENTIENDE DE SEPARACIONES? Como os lo dije, os lo vuelvo a repetir, y con esto acabo: el Amor Incondicional llega hasta la raíz misma del Ego para sanar al pequeño niño o niña que se alberga en cada uno de nosotros y que tiene miedo porque no se acuerda de que es eterno e inmortal. Cuando empezamos a despertar, empezamos a amarnos incondicionalmente, empezamos a honrar la Vida que somos, y sanamos cualquier miedo porque sanamos la raíz de los miedos: LA CREENCIA EN LA SEPARACIÓN DEL TODO. Con el Amor Incondicional transformamos esa creencia en su opuesto, su polaridad: LA CREENCIA EN LA UNIDAD… Y así, renegados/as, dicho sea de paso, es como nace la CONCIENCIA CRÍSTICA DE UNIDAD: LA CONCIENCIA DE LA QUINTA DIMENSIÓN.
Bienvenidos entonces a la sanación, bienvenidos a la vida sin miedos, bienvenidos a la nueva seguridad, y por tanto, a la libertad del nuevo ser que emerge dentro de vosotros. Bienvenidos a vuestro Ser Verdadero. Amadlo. Amaos. Amad. Y sanad.
In lak’ech. Namasté.
Así pues, y ya entrando en materia, ¿qué es un vicio? UN PATRÓN QUE SE REPITE Y QUE VA EN CONTRA DE NUESTRA SALUD, YA SEA MENTAL, EMOCIONAL O FÍSICA. Un patrón se produce y reproduce porque tenemos ciertas creencias fuertemente arraigadas en nuestro cuerpo mental, que a su vez provocan que actuemos de determinada manera. Como ya sabemos, la creencia o sistema de creencias que decanta la balanza en favor de una vida saludable, amorosa, y acorde a la alineación con tu Ser Verdadero, o por el contrario hacia una vida de sufrimiento, temor, y opuesta a la brillantez de tu Ser Verdadero, es LA CREENCIA DE SEPARACIÓN DEL TODO. Es decir, cuando surge el Ego, que es el agente que cree en la vida separada del Todo, surge, a su vez, un patrón de pensamiento condicionado por esa creencia, y también surge, en muchos de los casos, un patrón emocional relacionado con dicho pensamiento, y que se suele manifestar en un patrón de acción. ¿En qué se traduce esto? En que todo patrón que tenga por creencia básica la creencia de la separación del Todo, queramos o no queramos, seamos conscientes de ello o no, VA EN CONTRA DE NUESTRO SER VERDADERO, y es algo que bloquea el flujo de la esencia que somos (el Todo) a través de nuestros cuerpos mental, emocional y físico, o dicho de otra forma y bajo el prisma de nuestra conciencia de Tercera/Cuarta Dimensión: es un patrón que es DAÑINO para nosotros. Si a eso le sumamos que repetimos dicho patrón en el tiempo (ya sea porque está fuertemente arraigado en nuestro subconsciente, ya sea porque es algo kármico -alguna tendencia que arrastramos de vidas pasadas/paralelas-, ya sea porque es algo difícilmente evitable dada la presión externa -social, familiar, etc-, ya sea por cualquier otra cosa… no me importa el origen, luego diré por qué), es entonces cuando podemos hablar de lo que comúnmente conocemos como VICIO.
Para aclararnos, un vicio nos es dañino, va en contra de lo que somos realmente y nos bloquea energéticamente, tanto en el cuerpo mental como en el emocional y el físico. Y además de todo eso, lo hace repetidamente en el tiempo. Ésta última es su característica más determinante a simple vista, pero hay otra más profunda y que es precisamente la que provoca dicha repetición en el tiempo: el vicio provoca en nosotros un efecto SEDANTE PARA NUESTRA CONCIENCIA. Cada vez que se activa dicho patrón, sentimos la falsa seguridad que nos proporciona, pues le hemos dado el valor de ser nuestro salvador frente al mundo que nos acecha. Y se produce un efecto de retroalimentación, es decir, que cuando se activa el vicio, nos demos cuenta o no de ello, queremos más de él, como si de una droga se tratara y de la que abusamos repetidamente en el tiempo, porque creemos depender de ella para nuestra seguridad. Y este es el mayor problema: que el vicio se asocia directamente con la idea de seguridad, y por tanto, con la idea de seguridad ante algo, ante algo que esta separado de nosotros. Y al repetir su uso cada vez que surge el miedo, es como si para nosotros EL VICIO EN SÍ FUERA LA SEGURIDAD MISMA, porque lo identificamos directamente con LO CONOCIDO, lo que creemos que siempre estará ahí como bastión para apoyarnos en él cuando la vida, que creemos separada de nosotros, se torne “mala”, o “nos quiera hacer daño”. ¿Cuántas veces hemos oído “qué dura es la vida”, como si la vida fuera algo externo a nosotros, como una especie de monstruo que lo único que quiere es atacarnos? ¿Cuántas veces lo hemos dicho nosotros mismos? El vicio es nuestro refugio ante ése monstruo que es la vida, que creemos que nos ataca porque la creemos separada de nosotros. Es entonces cuando la retroalimentación se produce, pues ése vicio nos aporta una SEGURIDAD EFÍMERA, pero a la que volvemos cada vez que nos sentimos de nuevo en peligro. LE DAMOS EL PODER DE SER NUESTRO SALVADOR, ¿os dais cuenta? Le damos poder a un patrón que sabemos que nos daña, que sabemos que está basado en el miedo que le tenemos a la vida. LE DAMOS EL PODER A ALGO CREADO POR NOSOTROS MISMOS. ¿Por qué no creer directamente que nosotros mismos ya somos todopoderosos, sin necesidad de crear un intermediario (el vicio) que nos aporte la seguridad que creemos no tener? La respuesta es muy simple, y como siempre, se remite a lo mismo, y yo no me cansaré de repetírosla a vosotros, lectores: porque si queremos sentirnos todopoderosos debemos empezar a vivir como si fuéramos UNO, INDIVISIBLE Y ETERNO, empezar a vivir siendo UNO CON EL TODO, como si fuéramos EXPRESIONES DE ESE UNO, seguros y confiados de que somos la inmortalidad misma, la mismísima eternidad, relajados y sabiendo que esta vida no es nada más que un tránsito en el que experimentamos la inabarcable belleza de expandirnos simplemente por ser y estar aquí. Y digo yo, ¿por qué no empezamos a experimentar eso ahora?, ¿por qué no empiezas tú a experimentar eso ahora? VIVE DECIDIENDO QUÉ QUIERES EXPERIMENTAR. SÉ TODOPODEROSO AHORA.
Y dicho esto, y volviendo al tema de los vicios, os digo: LOS VICIOS DESAPARECEN CUANDO EMPEZAMOS A INTEGRAR LA CONCIENCIA DE UNIDAD. Cuando esto ocurre, significa que estamos proporcionándonos AMOR PROPIO, y por tanto honrando lo que somos. Al hacer esto, empezamos a decidir lo que realmente queremos. Primero, como ya sabemos, empezamos a decir que no a ciertas cosas. También le damos cancha al discernimiento, porque ya sabemos de nuevas informaciones que hemos estado absorbiendo como esponjas y que ahora aplicamos como iniciados en una nueva manera de Ser. En definitiva, lo que hacemos es aplicar AMOR INCONDICIONAL. Como aplicarse Amor Incondicional es algo nuevo para la mayoría de iniciados en el despertar, suele haber mucho que “limpiar” en los cuerpos mentales y emocionales. ¿Cómo actúa este Amor Incondicional sobre estos cuerpos en un primer momento? Lo primero que sana este Amor es todo aquello que está más fuertemente arraigado. No se va a por los “males” superficiales o los de fácil acceso. No. El Amor Incondicional no actúa así. Lo que hace es ir hacia la raíz del problema, al origen. VA A SANAR LO QUE NECESITA SER SANADO CON MÁS URGENCIA. Y entre esas cosas están, efectivamente, los vicios, que como ya he explicado, son patrones fuertemente arraigados y que nos dañan dándonos una falsa sensación de seguridad, la misma que creemos tener cuando nos protegemos del falso monstruo que es la vida… Recordemos: nos protegemos de algo externo a nosotros, si creemos en algo externo, es que creemos que hay una separación entre nosotros y lo demás… Se podría decir entonces que el Amor Incondicional llega hasta la creencia de la separación. El Amor Incondicional llega hasta el corazón mismo del Ego. Y LLEGA PARA SANARLO.
En esta fase uno se va volviendo más consciente de lo que es y de por qué está aquí (aún cuando no lo tenga muy claro del todo), y sencillamente empieza a cambiar su modo de ser. Hace cosas que no hacía, deja ir patrones que no le convienen… busca su identidad, que ahora parece tambalearse (el Ego). Entra en zona desconocida, como se suele decir. Es como si el Ego de repente se encontrara perdido y necesitara buscar otra manera de Ser, de reinventarse, para poder seguir en su zona de comfort, que se cae a pedazos por momentos. Es muy curioso, pero es como si el Ego se buscara a sí mismo… Y es por tanto, una fase en la que EL INDIVIDUO PUEDE LLEGAR A SENTIRSE BASTANTE DESORIENTADO. No en vano, los cimientos sobre los que se sustentaba su “identidad” (identidad egoica, se entiende), y por tanto su “realidad”, empiezan a tambalearse. Esto es normal y significa que va por el buen camino, aunque todas sus alarmas basadas en la idea de la separación le estén diciendo que no, que no es el camino correcto… Pero a la par que ocurre esto, también ocurre que el individuo empieza a sentirse más LIBRE, más RECONFORTADO, como si le quitaran un peso de encima. Y lo mejor es que sabe que ese peso no se lo quita nadie más que él mismo, con lo que también aparece un sentimiento de RESPONSABILIDAD y SATISFACCIÓN POR EL TRABAJO BIEN HECHO, que le nutre y le hace seguir para adelante, con ansias de búsqueda y, muchas veces por primera vez, con ILUSIÓN por vivir la vida de una manera en la que sabe que él/ella tiene la absoluta responsabilidad, y por tanto, decisión, de SER FELIZ EN TODO MOMENTO. Y eso es impagable.
El hecho de que el individuo se sienta más reconfortado tiene que ver, obviamente, con la desaparición de los primeros vicios de los que hablaba. En mi viaje fueron unos cuantos, muchos vicios mentales que no servían a mi nueva manera de ser, muchos patrones condicionados que creía me eran útiles, y que incluso ensalzaba, como si tuviera una especie de predilección por ellos y un gozo absurdo en reconocerlos como propios, aún cuando sabía que no me servían para ningún propósito específico. También los hubo de aquellos que son difíciles de identificar, pero que, una vez empezado el proceso de despertar, se íban poniendo de manifiesto ante mis ojos, y yo, aunque siguiera negando que fuera así, al final terminaba por claudicar ante la evidencia: simplemente me hacía más mal el seguir con ellos ahora que era consciente de su existencia, que el mal que me pudieran hacer ellos per se. ¿Veis?, esto es algo que hace el despertar, te enfrenta a tus vicios, a tus creencias, a tus miedos, LOS PONE DE MANIFIESTO, te los tira a la cara si es preciso, PARA QUE LOS RECONOZCAS Y LOS TRANSMUTES, los liberes, los cambies, los deseches, hagas algo con ellos, siempre en favor de tu Verdadero Ser que emerge y que, sencillamente, NO PUEDE COHABITAR CON ELLOS. Le molestan, se siente oprimido, pues ahora empieza a saborear la libertad que nace de la toma consciente de decisiones que le llevan hacia un ser más gozoso y feliz. ¿Quién se podría resistir a algo tan suculento, algo tan enriquecedor y que le hace sentir a uno realizado, vivo, ilusionado y más determinado y enfocado que nunca? No me respondáis, ya sé vuestra respuesta. La sabemos todos.
Pondré un ejemplo claro y que todo el mundo reconoce como uno de los vicios más llamativos del ser humano contemporáneo: FUMAR, UN ACTO BASADO EN UN PATRÓN DE BÚSQUEDA DE SEGURIDAD, como ya he explicado. Pues bien, yo era fumador al momento de pasar por mis procesos iniciales del despertar. ¿Qué ocurrió? Sinceramente, no sabría explicarlo bien. Tan solo diré que, debido a todo lo nuevo que estaba empezando a experimentar, en un momento dado me descubrí a mí mismo fumando mucho menos. Cada vez sentía más (y “sentir” es el verbo clave, como bien sabéis) que aquello iba en contra de manera radical a lo que yo estaba dando vida. Los cigarros empezaron a ser un lastre. No me importaba si, como también he explicado, de repente ahora me sentía inseguro y “en tierra de nadie”, pues la recompensa de saberme con las riendas de mi vida, de ser el patrón de mi barco, SUPERABA CON CRECES CUALQUIER SENTIMIENTO DE INSEGURIDAD QUE PUDIERA TENER. Era como si hubiera esperanza al final del camino. Una luz que sabía que me estaba esperando con los brazos abiertos. Así pues, un día, con el cigarro en la mano, me dije: “Éste es el último”. Dicho y hecho. No volví a fumar. Pero no sólo eso, no volví a tener GANAS de fumar. No volví a pensar en tabaco. Nada. Nunca. Cero. Tal es el poder del Amor Incondicional. Tal es el poder del despertar, del autodescubrimiento, de la Vida que somos por dentro y por fuera. Del Todo que existe en nosotros. Y este es sólo un pequeño ejemplo…
Y ahora os hablaré de manera muy rápida de las heridas del pasado mediante una reflexión… Sé que hay muchos profesionales que saben encontrar y determinar traumas del pasado con la intención de sanar y ayudar a sus pacientes. Es una corriente y una metodología muy extendida y que sin duda ha dado sus frutos a lo largo de muchos años. Décadas, sin ir más lejos. Y eso está muy bien. Lo admiro. Me gusta. Y todo lo que sea ayudar al prójimo y servir de alguna manera al bienestar de la Humanidad siempre será recibido con aplausos por mi parte. Ahora bien, yo sé que se pueden sanar heridas del pasado SIN ENTRAR EN NINGÚN TIPO DE REGRESIÓN (me refiero a buscar el origen del trauma o de la herida mediante la vivencia o recreación de hechos pasados, no me refiero a regresiones hipnóticas, aunque también entran en el saco), de ahí que dijera unos párrafos más arriba que el origen de los vicios no me importa, y de ahí que también diga que el origen de un trauma, que en el fondo es un miedo, igual que el que origina el vicio, tampoco me importa: SÉ QUE AMBOS SE SANAN EN EL AHORA A TRAVÉS DEL AMOR INCONDICIONAL. El hecho de revivir un acontecimiento traumático, ahondar en aquel o aquellos momentos que marcaron tu vida, etc.. es útil, sí, PERO NO ES NECESARIO. Y lo digo con todo el convencimiento del mundo, y por propia experiencia. Estoy hablando de que somos algo que va más allá de toda comprensión humana, que somos una energía única que se mueve y se expande a través de nosotros mismos, estoy hablando de que todo es frecuencia y vibración, y hablo desde la experiencia y el conocimiento de que los traumas, las heridas del pasado, al igual que los vicios de los que acabo de hablar, son nada más y nada menos que bloqueos energéticos que nos impiden reconectarnos con nuestro Verdadero Ser, y que, por tanto, se pueden sanar (nos podemos sanar) desde la comprensión de la energía que somos, y de saber cómo ésta energía se mueve por nuestros cuerpos mentales, emocionales y físicos. Hablo de sanar todo aquello que ocurrió tiempo atrás desde la comprensión del Ahora, pues cuando tú como conciencia sabes que existes en un Ahora Continuo, sabes que el pasado también está englobado en ese Ahora, y por tanto, SI SANAS EL AHORA, SANAS EL PASADO (dije que no haría mención sobre cómo funciona la herramienta del Arraigo en el Ahora, pero me ha sido imposible, ya ves). Hablo de que la medicina contemporánea resuelve muchos de estos “problemas” (para mí son bloqueos de energía, pero la medicina los considera problemas y los llama “enfermedades”, y yo prefiero no ahondar en el tema…), hablo de que en demasiadas ocasiones (ya no tanto, congratulémonos) se enfoca en resolver estas “enfermedades” que surgen en un ser humano que cree vivir en un mundo separado del Todo y que por tanto vive con miedo a la vida (un ser humano que en realidad no vive, sino que sobrevive), a través de herramientas que están cimentadas en esa misma creencia de la separación del Todo, la misma creencia que origina dicho miedo, y por tanto, dicha “enfermedad”. No dudo de muchos de los resultados de individuos sanados así, es más, me lo creo y lo aplaudo, como he dicho antes, pero estoy convencido de que falta una parte esencial para poder resolver muchas de las “enfermedades” con los que estos individuos llegan a la consulta: LA CONCIENCIA DE UNIDAD. A veces (no siempre, ni mucho menos, que quede claro) esta forma de actuar es como tratar de sacar un clavo a golpes de martillo, y es por ello que los individuos que no son susceptibles de ser sanados, son MEDICADOS, es decir, SE LE PONE UN PARCHE AL “PROBLEMA”, QUE GENERALMENTE AGRANDA EL DAÑO; o el “problema” se evita porque no se sabe cómo resolverlo, que sería la manera más correcta de decirlo. Desde mi punto de vista, hacer eso no es sanar, sino querer “arreglar” los “problemas” de Tercera/Cuarta Dimensión de Conciencia en la que estamos a través de la misma conciencia de Tercera/Cuarta Dimensión que los crea. Es como crear modelos matemáticos para intentar entender el Universo sin entender antes que el Universo no está separado de las matemáticas. Amigos y amigas, estamos entrando en una nueva manera de Ser, en la que el entendimiento de nuestras emociones y nuestros procesos mentales es algo esencial para vivir en un mundo que hemos creado a partir de creencias que originan dichos procesos mentales y emocionales. Hablo de observarnos, mirar hacia adentro para DETERMINAR QUÉ CREENCIAS TENEMOS QUE NOS LIMITAN Y GENERAN NUESTROS “PROBLEMAS”. Lo que digo, en definitiva, es que toda experiencia humana es reducible a eso mismo: las creencias en las que uno se enfoca. Enfocándonos en una determinada creencia, nos convertimos en dicha creencia, y así trascendemos las anteriores, las que nos hacían sufrir. Es sencillo sobre el papel, y en la práctica uno se sorprendería de lo sencillo que también puede resultar. Amigos y amigas, es absolutamente posible, realizable, y los resultados son permanentes y expansivos. TAN SÓLO HAY QUE SABER MIRARSE Y AMARSE. Yo soy la prueba viviente de ello.
Y volviendo a los traumas, que me voy por las ramas… Los traumas se albergan en nuestra memoria celular, y surgen cada vez que nos sentimos “atacados” por ese monstruo que creemos que es la vida, de la misma manera que surgen los vicios. ¿Os dais cuenta de que el mayor problema es la creencia en la separación? ¿Os dais cuenta entonces de que lo que hace falta es MÁS AMOR INCONDICIONAL, QUE NO ENTIENDE DE SEPARACIONES? Como os lo dije, os lo vuelvo a repetir, y con esto acabo: el Amor Incondicional llega hasta la raíz misma del Ego para sanar al pequeño niño o niña que se alberga en cada uno de nosotros y que tiene miedo porque no se acuerda de que es eterno e inmortal. Cuando empezamos a despertar, empezamos a amarnos incondicionalmente, empezamos a honrar la Vida que somos, y sanamos cualquier miedo porque sanamos la raíz de los miedos: LA CREENCIA EN LA SEPARACIÓN DEL TODO. Con el Amor Incondicional transformamos esa creencia en su opuesto, su polaridad: LA CREENCIA EN LA UNIDAD… Y así, renegados/as, dicho sea de paso, es como nace la CONCIENCIA CRÍSTICA DE UNIDAD: LA CONCIENCIA DE LA QUINTA DIMENSIÓN.
Bienvenidos entonces a la sanación, bienvenidos a la vida sin miedos, bienvenidos a la nueva seguridad, y por tanto, a la libertad del nuevo ser que emerge dentro de vosotros. Bienvenidos a vuestro Ser Verdadero. Amadlo. Amaos. Amad. Y sanad.
In lak’ech. Namasté.
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