ES CONOCER LOS "TIEMPOS"... ACCIONANDO CON FLEXIBILIDAD Y FIRMEZA.
Quienes sirven a la vida se adaptan a los cambios cada vez que actúan y entonces los cambios surgen de los tiempos, porque quienes conocen los tiempos no se comportan siempre de la misma manera.
Ya sabéis que los escritos de los que se hacen llamar sabios se producen mediante palabras, y que las palabras proceden del conocimiento, pero los intelectuales ignoran que ellos no constituyen ningún camino, los términos que utilizan no forman libros que puedan ser atesorados, por eso, las personas instruidas llegan una y otra vez a un callejón sin salida y eso no es tan bueno como tratar de mantenerse siempre centrados.
Si acabáis con el escolasticismo, no habrá preocupaciones y si ponéis fin a la sagacidad y abandonáis eso que llaman el conocimiento cartesiano, todos os beneficiaréis muchas veces, porque el verdadero conocimiento, la sabiduría eterna, ya se encuentra dentro de vosotros, en vuestras moléculas de ADN y podéis reclamarla discrecionalmente, a medida que necesitéis; la otra es aprendida, viene y va, no se fija, se olvida pronto y se adquiere a un costo alto: frustraciones, disciplinas, sinsabores, etc.
Los seres humanos sois tranquilos por nacimiento y ésa es la verdadera naturaleza celestial; al percibir las cosas, actuáis; esto es deseo natural y cuando las cosas vienen a vosotros, respondéis; esa es la acción del conocimiento adquirido.
Cuando el conocimiento y las cosas interactúan, surgen las preferencias y las aversiones; cuando se manifiestan las preferencias y las aversiones, el conocimiento se dirige hacia las cosas externas, no puede volver al ser; de esa manera desaparece el diseño celestial, por consiguiente, los sabios no sustituyen lo celestial por lo humano, a nivel externo evolucionan con las cosas, pero internamente no pierden su verdadero estado.
De ese modo, quienes transitan el camino de sus vidas fluyendo suavemente, regresan a la tranquilidad, quienes descubren el secreto de las cosas acaban sin tener estratagemas, alimentan la inteligencia mediante la calma, unifican el espíritu mediante la abstracción, y se dirigen a la puerta de la nada.
Por ello, los verdaderos sabios no dejan que los negocios perturben al mundo y no permiten que los deseos confundan los sentimientos, siempre hacen lo que es apropiado sin argucias; se confía en ellos aunque no hablen, tienen éxito sin pensar en él, logran sus metas sin estrategias ni planes de ningún tipo, por lo tanto, cuando están arriba, la gente no lo toma a mal; y cuando no están al frente, los demás no les atacan.
Todo el mundo recurre a ellos y los traicioneros les temen. Como no luchan con nadie, nadie se atreve a luchar con ellos.
Quienes descubren su camino pueden ser débiles en la ambición, pero son fuertes en la acción; sus mentes son abiertas y sus respuestas ajustadas; por otro lado, quienes son débiles en la ambición, son flexibles y complacientes, pacíficos y tranquilos; se ocultan en la actitud de no adquirir y aparentan ser inexpertos, se muestran y están serenos y cuando actúan lo hacen a tiempo.
Por ello, la nobleza debe estar enraizada en la humildad, el espíritu elevado debe estar basado en la modestia y, de hecho, utiliza lo pequeño para contener a lo grande; permanece en el centro para controlar lo externo.
Si os comportáis con flexibilidad, pero con firmeza, no habrá poder que no podáis vencer, ni adversario que no podáis superar, podréis responder a las circunstancias, evaluar el momento adecuado, y nadie podrá haceros daño.
Quienes se muestren firmes deben preservar la firmeza con flexibilidad y aquellos que se sientan fuertes en realidad protegen su fortaleza con debilidad; por tanto, acumulad flexibilidad y seréis firmes; acumulad debilidad y seréis fuertes, observad lo que acumulan y conoceréis sin error quién sobrevivirá y quién perecerá.
Quienes vencen a los menos fuertes mediante la fuerza siempre llegan a un punto muerto cuando se encuentran con sus iguales, por el contrario, quienes vencen a los más fuertes mediante la flexibilidad tienen un poder que no puede medirse.
Por ello, cuando un ejército es fuerte, perece; cuando un árbol es fuerte, se quiebra; cuando el cuero es fuerte, se agrieta; los dientes son más fuertes que la lengua, pero son los primeros en morir. Así pues, la flexibilidad y la complacencia son los administradores de la vida, mientras que la dureza y la fuerza son los soldados de la muerte.
Tomar la delantera es el camino del agotamiento; actuar con posterioridad es la fuente del éxito, por eso es importante que combinéis los elementos de los acontecimientos de tal manera que se armonicen con los tiempos.
Los cambios que percibís a lo largo del tiempo no permiten reposar en los intervalos: si actuáis por adelantado, iréis demasiado lejos; si lo hacéis demasiado tarde, no podréis poneros al día, es por ello por lo que los verdaderos sabios no valoran tanto una gran gema como un poco de tiempo.
El tiempo es difícil de encontrar y fácil de perder, por eso manejan sus asuntos de acuerdo con los tiempos y realizan sus obras de acuerdo con los recursos que tienen a mano, mantienen el camino de la pureza y responden a los cambios, siempre siguen y no preceden, siempre se muestran flexibles y complacientes, por ello están en calma, siempre les veréis pacíficos y fluidos, serenos y tranquilos, por eso están seguros y ya no tienen miedo de nada.
Angel Luis Fernández.
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