El experto afirma que la radiación electromagnética del wifi opera en el mismo espectro que la de los celulares y televisores, por lo que tienen el mismo efecto para la salud humana.
La preocupación por los efectos que pueden tener las tecnologías sobre nuestra salud ha llevado a muchos a preguntarse si el wifi es realmente seguro, ya que existe el temor, cada vez más extendido, de que la exposición prolongada a sus ondas provoca cáncer.
No hay pruebas creíbles de que la radiación no ionizante tenga efectos adversos para la salud
El oncólogo Gary Larson, director médico del Centro de Terapia de Protones ProCure en Oklahoma, EE.UU., ha puesto punto final a esta discusión tras explicar de manera detallada en la plataforma de preguntas y respuestas Quora cómo nos afecta el wifi. Posteriormente sus explicaciones han sido publicadas en la revista'Forbes'.
"El wifi opera en un rango de entre 2 y 5 gigahercios, dentro de la porción de microondas del espectro electromagnético. Está en la misma parte del espectro donde operan los teléfonos celulares, así que la radiación electromagnética del wifi es igual a la de los móviles", explica Larson, añadiendo que estas ondas no son diferentes de las de las transmisiones de televisión, excepto que son de mayor frecuencia. Esta frecuencia, por su parte, es tan alta como la de la luz visible, y a nadie teme que la luz visible le dé cáncer, señala el médico.
"No hay pruebas creíbles de que la radiación no ionizante tenga efectos adversos para la salud. No hay ningún mecanismo radiobiológico que explique esta asociación y no hay absolutamente ninguna prueba científicamente válida de que esto haya sucedido alguna vez", asegura Larson.
Para respaldar su opinión, el experto ha señalado que durante 30 años de práctica médica con pacientes con cáncer se ha familiarizado con todos los agentes cancerígenos conocidos por el hombre. "Puedo decir con absoluta certeza que las ondas de radio no pueden dañar a nadie, a no ser que uno se interponga en el camino de un haz de microondas de multimegavatios, que podrían cocinarle. Pero, que yo sepa, este peligro no existe.
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