Tú no creces como una semilla; tú ya eres el crecimiento. Es sólo una revelación. No hay distancia entre tú como eres y tú como serás. ¡No hay distancia! Lo ideal, lo perfecto, ya está allí.
Entonces, no es verdaderamente una cuestión de crecimiento. Es una cuestión de correr el velo; es un descubrimiento.
Algo está escondido; corres la pantalla y allí está. Es como si estuvieras sentado con los ojos cerrados: el sol está allí sobre el horizonte, pero tú estás a oscuras. De pronto, abres los ojos y es de día, hay luz.
El crecimiento espiritual es una revelación. Algo que estaba escondido se descubre. Algo que ya estaba allí, y te das cuenta de que allí está. Algo que nunca habías perdido, sino simplemente olvidado, de pronto lo recuerdas. Por eso los místicos siempre usan el término “reminiscencias”.
Dicen que lo divino no es un logro, sino sólo una reminiscencia. Algo que habías olvidado, y recuerdas.
Dios te atravesará sin impedimentos.
Dios puede moverse a través de ti, entrar y salir: no hay nadie que genere una barrera.
Cuando te abandonas, te abres a las fuerzas divinas. Después de eso, todo sucede en forma espontánea.
Osho – El Dios de todos
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